Por qué es importante mantenerse caliente en el trabajo

El frío es malo para el trabajo. Así lo demuestra un estudio de Alan Hedge, profesor del departamento de diseño y análisis medioambiental de la Universidad Cornell de Nueva York. Según su investigación, los empleados que trabajan en entornos por debajo de los 20 grados cometen un 44% más de errores. Y al revés, en cuanto se sube levemente la temperatura, reducen los errores y aumentan la eficiencia.

El estudio, que analizaba la relación entre los cambios del entorno físico y el rendimiento laboral, se llevó a cabo en una oficina de seguros de una gran empresa de Orlando. Allí se establecieron nueve estaciones de trabajo equipadas con sensores para el muestreo de la temperatura del aire. Los investigadores registraron la cantidad de tiempo que los trabajadores tecleaban datos en intervalos cortos y la cantidad de tiempo que invertían en corregir los errores cometidos al teclear esos mismos datos. 

Por debajo de 20 grados, peor.

Así, con 25 grados los empleados tecleaban durante el 100% con una tasa de error del 10%. Sin embargo, cuando la temperatura descendió por debajo de 20 grados, la tasa de ocupación bajó al 54%, con una tasa de error del 25%. Conclusión: la temperatura es, sin duda, una variable relacionada con la productividad.

La ley española es bastante flexible en cuanto a la temperatura que debe marcar el termómetro en los centros de trabajo. Según la guía del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, la temperatura en entornos laborales sedentarios debe oscilar entre 17 y 27 grados, mientras que para aquellos donde la labor sea física, debe estar entre 14 y 25 grados. Por debajo de 14 grados o por encima de 27, se puede producir estrés térmico.

Veintiún grados es lo razonable.

En cualquier caso, y al igual que sucede en el hogar, la temperatura media recomendable en el trabajo es 21 grados. Es la temperatura de confort, adecuada por muchas razones: crea un ambiente térmico que favorece el rendimiento, satisface a la mayoría de trabajadores y, a su vez, permite un ahorro en la factura de energía. No olvides que, por cada grado que se suba la temperatura, el gasto aumentará un 7%.

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